«Muchos intelectuales fueron a prisión y murieron por sus textos escritos; voy a citar tan solo a dos de ellos, insigne escritor uno y poeta el otro»

¿SABIAS QUE…..Pedro Muñoz Seca fue considerado el “fénix de los ingenios del siglo XX”?. Valle-Inclán dijo de él: “Quítenle al teatro de Muñoz Seca el humor; desnúdenle de caricatura, arrebátenle su ingenio satírico y facilidad para la parodia, y seguirán ante un monumental autor de teatro”.

Muñoz Seca Nació en el Puerto de Santa María en 1879 y murió fusilado en Paracuellos del Jarama en 1936, cuatro meses después del golpe de Estado con el que se inició de la guerra civil española.

Muchos intelectuales fueron a prisión y murieron por sus textos escritos; voy a citar tan solo a dos de ellos, insigne escritor uno y poeta el otro; hablo en primer lugar del poeta y tengo que referirme necesariamente a Federico García Lorca autor del magistral Romancero Gitano y en el caso de Pedro Muñoz Seca por la publicación de la OCA.

En el caso de Lorca fue asesinado por franquistas analfabetos que veían en esa maravillosa poesía que contiene el Romancero Gitano un insulto a la Guardia Civil y a Muñoz Seca le asesinaron durante la República Democrática y progresista de la España de 1936 unos anarquistas de la CNT que tampoco sabrían leer pero que alguien les entregó las armas para asesinar a muchas personas tachándolas de “fascistas”.

En 1931 comenzó a centrar sus sátiras contra la República y en esa etapa de su obra literaria estrena La Oca (Liga Ácrata de Obreros Cansados y Aburridos), caricatura del comunismo y el igualitarismo.

Ramón Bau en el prólogo de la obra teatral en tres actos escribe: “es una obra tremendamente andaluza, tierna, llena de cariño y jocosidad dulce. Pero para saberlo hay que leerla, y los que lo mataron no leían, sólo odiaban. Los que lo habían leído eran otros de los que mandaron matarlo, esos sí comprendieron que en el teatro de Muñoz Seca tras lo tierno y humorístico no hay odios ni desprecios, pero si una idea peligrosísima, la del sentido común, la de gente honrada y la denuncia alegre de la estupidez, el odio y la desfachatez. Y la estupidez, la desfachatez y el odio son la base de la demagogia, y la demagogia es la base del sistema actual”.

La sátira le acompañó hasta el último momento cuando dijo: «Podéis quitarme mi hacienda, mi patria, mi fortuna e incluso —como estáis al hacer— mi vida. Pero hay una cosa que no podéis quitarme: ¡El miedo que tengo ahora mismo!».

Finalizo este semblante del genial autor con las palabras que le dirigió a la República:

“Si pública es la mujer

que conocemos por puta,

República debe ser

la mujer más prostituta,

y siguiendo al parecer

esta lógica absoluta,

todo aquel que se reputa

ser de la República hijo

ha de ser, a punto fijo,

un hijo de la gran puta”.

Mariano Avilés – jurista- febrero 2020